Hoy entre sueños me he inventado un mundo,
un mundo con una religión bajo tu nombre,
un mundo en el cual tú no vives aquí ni yo vivo allí,
un mundo en el que vivimos ahora y no ayer.
Un mundo que solo dura un día pero el día es eterno y no nos tenemos que preocupar por un mañana.
Que me he inventado un mundo para que me puedas besar sin sentirte culpable.
Que allí todas tus lagrimas han hecho el lago por el cual toda la civilización puede beber y mantenerse vivos y así de paso te quitan tus penas.
Donde el sol y la luna se han hecho el amor para convertirse uno y han eclipsado a las estrellas y sus nubes.
Me he inventado un mundo con los cachitos que escribiste con miradas, con los pedacitos de ti que me diste en conciertos o en terrazas, con lo que me decías con las manos y sus roces.
Que seguramente te he hecho más poesía recordándote que viviéndote.
Eres como los huecos de luz que entran por la persiana cuando todo está oscuro y sabes que debes dormir pero te quedas jugando con ellos en tu mano.
Que igual me he inventado este mundo para perderme cuando abra los ojos y me de cuenta de que eras mentira amor.