martes, 20 de octubre de 2015

Fuego.





Dicen que la vida es eso que pasa mientras estamos ocupados haciendo planes de cómo vivirla,
pero para mí la vida es eso que pasa mientras te miro en tejanos sin camiseta,
eso que pasa cuando te miro y estas demasiado concentrado cocinando algo para mí,
seguramente la vida es el ruido de fuera mientras te hago fotos de como duermes apoyado en mis vértices. El mal humor y el mar amor de la gente en las calles mientras me llevas a caballito a toda prisa por la playa.

Seguramente no sepa lo que es la vida,
pero si esto no es vida,
quién quiere vivirla teniéndote a ti.

lunes, 5 de octubre de 2015

Como quieren los poetas.







Mis ojos siempre irán hacia ti,
como las polillas a la luz,
como el mar a la arena.

Aunque sepa el riesgo que conlleva,
aunque sea la muerte más paulatina.
Siempre voy a mirarte como el primer día,
con la duda, el miedo, el morbo y las ganas.

Porque para mí no hay velocidad en las manillas
aunque esté demasiado usado por los poetas.

Cuando estoy centrada en ti
podría decirte las veces que parpadeas antes de decir una mentira,
como si fuera un cuento infinito el de tus pestañas intentando hablar,
intentando decir lo que callas por miedo al rechazo.

Pues todo eso que no dices,
es un grito al vacío,
queriendo transformar el miedo en amor.

Y aunque no me correspondieras,
aunque no llegará todo esto a nada,
aunque nunca pudieras quererme,
yo siempre buscaré tu mirada.

Para encontrarme a mí.

sábado, 29 de agosto de 2015

Cometas.



El verano se acaba y no encuentro las palabras exactas para describir tu piel bajo el sol.
Tú sonríes y haces parecer que no hay más vida que la que queda de aquí al mar,
mi cuerpo calado de arena siendo tu castillo, jugando con el vértice de mi cintura.
Que yo te juro que no me hace falta nada más que la cara que pones cuando me das una calada de tu cigarro haciéndome ser libre en un acto.
Mandando a la mierda al miedo de perderte porque parece imposible separar dos partes equivalentes.

Que he leído por ahí "También creo en el amor a primera risa"
y yo creo en el amor deprisa, medio hecho, dejando cosas para después.
Creo en el amor a kilómetros desgastados por las ganas,
creo en el deseo de la piel,
creo en los sueños despiertos y en dormir en tu pecho.

Creo en mí porque en ti ya nací creyendo.

A lo mejor somos como imanes permanentes y nuestra ley de atracción se carga a todo lo que se opone a que seamos uno.

Bailar saltando mirándote a los ojos se ha convertido en el baile de salón más cotizado de agosto.
Y joder cómo bailas.

Y es que se acaba el verano,
y yo ya estoy pensando en lo bien que le tienen que sentar tus ojos al otoño.



viernes, 31 de julio de 2015

Declaración de guerra.



Aquí está mi carta a los reyes magos el último día de julio.
(No te asustes, sé que no existen en tu mundo)

Te voy a pedir una cosa.
Bueno empiezo pidiendo una y ya veremos cómo sigo.

Quiero que nunca me entiendas,
que no nos entendamos,
que peleémos sobre la cama para quitarnos la razón.
Pero que no queramos tenerla.

(Me encanta cuando te desesperas por mi orgullo y acaba en beso)

No me traigas el desayuno a la cama,
no lo hagas,
sácame de ella encima de tu hombro y arrástrame a la cocina,
allí dame dos opciones o cocinamos juntos o ponerme un abrigo
y molestar a los del bar con nuestra locura indiscreta.

No me regales flores ni me lleves a parís,
tampoco me hables de las ruinas de roma ni de lo que pasó en Pompeya.
Arréglatelas para que Amsterdam me parezca romántico y la torre un símbolo de hipocresía.

Desnúdame en la playa, en tu cama, en mi cama,
en la carretera de noche, de día,
desnúdame porque prefieras ver mi cuerpo a cualquier paisaje.

Que nuestros mensajes de amor sean miradas mientras hablas con tus padres,
o roces en la mano cuando nos cruzamos por el pasillo.

Que no soy de rezar, pero por retener los pecados capitales en tus ojos rezaría todos los días.
Porque tengo hambre, sed y ganas de guerra.
Y tú eres un motivo precioso por el que luchar.

Y ni siquiera quiero ganar la batalla.



jueves, 2 de julio de 2015

Políticamente incorrectos




Corrígeme cuando haga las cosas bien y ponme en el mal camino,
después de todo el infierno es más divertido.

Despéiname y llénate del rojo que desprenden mis labios al besar,
al gritar de ganas, de celos.
Muérdeme hasta hacerme sangrar,
peléate con mi cama y gana la batalla; el sueño es tuyo.
Quiero escuchar el sonido de la acuarela deslizándose por mi piel
mientras haces de mi cuerpo tu cuaderno de bitácora.

La luna se nos ha quedado pequeña, pequeño.
Así que supongo que lo siento, pero la próxima parada es Júpiter.

Sé mío como nunca has sido tuyo,
voy a ser tuya como nunca he sido mía.
Tensa la cuerda hasta que se rompa, luego te daré un beso de recompensa.

Perderé mis llaves y las tuyas,
quiero hacerte el amor sin paredes que te escondan.
Que me envidie el aire, joder.
Quien avisa es un traidor,
porque al menos yo soy incapaz de prevenirte de todo lo que puedo llegar a provocarte.

Necesito decirte que,
no quiero ser perfecta,
ni que lo seamos,
me he enamorado de las imperfecciones que nos hacen
jodidamente perfectos.

lunes, 8 de junio de 2015

Verde militar.



No vamos a cambiar el mundo quizá,
no haremos que los días de lluvia sean menos fríos,
ni que las calles de noche sean menos peligrosas.

Sin embargo he estado haciendo esquemas de tu cuerpo y el mío,
resumiendo las partes importantes desde tus tobillos a tus ojos,
la manera que tienes de andar por la calle
como si la vida se desprendiera de tus pies a cada paso que das.

Sé que no eliges las medio sonrisas que esbozas cuando oyes un piropo inapropiado,
como tampoco lo haces cuando ves que los árboles se dejan deshojar por ti.

Cómo puedo evitar estudiar cada gesto cuando enfadas y provocas una revolución en el aire
o tu manera de leer como si recitaras a Becker leyendo el periódico de ayer.

Sé que no todos entienden tu idioma,
igual que no entienden que beber de tu copa sepa mejor que el champán pernord-ricad.
Y que escucharte al otro lado del teléfono me haga volar con un "Joder, me encantas."

Así que debes entender que no quiero dejar la lucha antes de empezar la guerra
porque verte sudando encima o debajo tiene que ser mi mayor victoria.

jueves, 28 de mayo de 2015

El azul es el color más cálido.




No pensé que nadie pudiera darme tanto para luego esparcirlo por el aire,
no quiero pensar que esto es una carta de despedida, 
porque nunca he creído en los puntos y finales después de la frase más bonita del texto.
Me dejaste sin palabras antes de decirte mi nombre y balbucee el tuyo como 
si no pudiera entender nada que no fueras tú y tú.
Quedarme dormida en tu pecho fue la inicial de todos mis principios.
Ser la mota de polvo mecida por tu boca era mi parte favorita 
de la música que exhalabas al respirar.
Joder, estaría callándome lo evidente 
si no dijera que nadie baila como tú cuando quieres provocar sabiendo que lo haces y al mismo tiempo no sabiendo nada.
Vi tiritar a las copas cuando empezabas a lidiar con la bachata
y quería sumergirme en tus piernas infinitas de deseos.

Eras la primera cosa por la que me levantaba cada día,
eres por la primera cosa que me levanto cada día.

Seguía cada uno de tus pasos en dirección a cerrar la puerta de los pudores,
donde el sexo y tú erais un fin dandole vida a un principio de cuerpo,
a el inicio de mi cuerpo. Al principio de mi locura.

Ahora no estás y no creo en muerte más lenta que esta,
el vacío de tus manos ocupando mi cintura y mi cuello,
No hay grito que silencie los doce puñales en cada uno de los huecos de mí donde habitabas.

Este cuerpo más tuyo que mío,
esta sinrazón de no sentirte dentro de mí me está matando.
Devórame por favor, comete cada uno de mis recuerdos que me estoy muriendo.
Quema la hoja y vuelve a escribirme en una nueva que podamos manchar, pisar y romper otra vez.


“¿Siempre estoy divagando? Yo creo que sí, es imposible evitarlo. Las ideas se apoderan de mí. Soy mujer, y cuento mi historia. Pensad lo que os digo y veréis que en verdad no uso casi los privilegios que eso me aporta. Entre los jóvenes de los que atraigo las miradas hay uno en particular que yo misma distinguí y sobre el que mis ojos cayeron más voluntariosos que sobre los otros. Me encantaba verlo sin ser consciente del placer que me producía. Coqueteaba con otros y no lo hacía con él, se me olvidaba gustarle sólo quería observarle. Por lo visto cuando uno se enamora por primera vez comienza con esta inocencia. Puede que la dulzura de amar interrumpa el deseo de querer gustar. Este joven en cambio me examinaba de manera muy diferente a los otros, de forma más modesta y sin embargo más atenta. Sin embargo puedo asegurar que había algo más serio entre él y yo. Los demás aplaudían abiertamente mis encantos. Me parecía que a él no le eran indiferentes, al menos yo lo notaba algunas veces, pero tan confusamente que no podía decir lo que pensaba de él, y menos lo que pensaba él de mí. Al final salimos de allí, y recuerdo que salí lentamente, que ralentizaba mis pasos, que me arrepentía de dejar ese lugar y que me iba con un corazón al que le faltaba algo y que no sabía lo que era. Creo que él tampoco lo sabía. Puede que sea mucho decir porque al irme, giré varias veces la cabeza para ver una vez más al joven que dejaba atrás, pero no pensaba que me girara por él.”

miércoles, 20 de mayo de 2015

7 entradas al paraíso.


Me quité los tacones en la puerta para no molestarte con el ruido
y juraría que te molestaron mis pasos hacia la cama
aunque fuera descalza en todos los sentidos.

Hoy te escribo a ti mi niña que soy yo
y no te encuentro.
Hoy te escribo a ti que eres mi piel y mis manos,
y no me importa hacerte sangre más de tres veces por semana.

A ti que te siento dinamita cuando enfadas,
cuando escucho música para que te deslices dejando salir al gato que en realidad eres.
A ti que lloras agua no potable para que nadie te beba por si intoxicas.
A los kilómetros infinitos de tus piernas a tu sexo,
a tus labios de arena del tiempo.
a tus labios de mar a veces, en calma.

Que no te han dejado salir de la jaula por tus alas de fuego,
que quemabas decían,
por miedo al destrozo que supones.
No te dejaron salvar a la luna de la noche y el frio,
que han callado tus versos con cicatrices de veneno.

Eres Egipto, el eden y el andén,
o eso dicen.
Eres veneno, monstruo y arañas.

El caso es que eres aunque no quieran que seas.
Y hoy te escribo a ti mi niña, mi amor, mi cuerpo.
Qué pocas caricias me doy y cuánto me necesito.

Seré la cocaína de quien me deje ser yo misma,
pero intentaré nunca dejar con el mono.
Abrazaré a Fran por el placer de sentirme niña en sus brazos pero me apoyaré en el suelo.
Tú sola vales siete mares de siete colores distintos.

Me despido con un te quiero porque realmente lo hago.
Y nadie lo hará como yo.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Verso de buenas noches.




Me confieso narcoléptica desde tus manos.

Cuando creía estar soñando si me tocabas
y si lo pienso ahora, 
lo era.

Has alterado siempre mi orden del sueño 
y vas por ahí como si no fueras enfermedad,
como si no hubieras sido un trastorno del sueño en mi vida,
que me devuelvas mis horas de sueño, joder.

Que quiero quedarme dormida otra vez supongo.

Haberme avisado de eso de que tu juego era secuestrarme en un reloj de arena,
sin minutos de más
sin echarme de menos.

Echándome. 

domingo, 3 de mayo de 2015

Mi faro de Alejandría.


Ella es un café por la mañana y una ventana abierta en nosotros.
Para papá ella es su guerrera preferida,
una amazona de aquí y de allá que no deja de luchar ni un segundo en su día.

Es el humo de todos los cigarros que se ha fumado pensando en cómo hacerlo y todo lo hacía.
Cómo le dices a un ángel que el cielo es dónde él vaya,
y ella sigue aquí durmiéndonos entre nubes.

Se ha perdido en rezos y caricias
y nos hemos encontrado gracias a sus besos en ciertas noches
y a las risas de los miedos que venían.

Probablemente nos habríamos hecho de acero en la cama abrazados mezclando
gatos con dinosaurios y no del cristal que somos.
Del cristal que creemos ser.

Porque la he visto levantar con un dedo todas las cosas que nos quitaban el sueño.

Cuando mamá llora algo se apaga en el país de los sueños, esos en los que aún dormimos.

Y hoy me encuentro aquí mirando por encima de la niebla que a veces no le deja ver que los monstruos los ha matado siempre ella
y que mañana morirán mil más bajo su nombre.

El lugar al que voy cuando todo está oscuro.

jueves, 23 de abril de 2015

Un minuto de silencio.



No voy a tener en cuenta los últimos años vividos y en eso incluyo tus besos y tu risa,
que no los voy a tener en cuenta pero son muy míos.

Voy a pasar por alto todos los sueños de esas noches que no dormimos,
esas que el sol salía para que nos diera vergüenza tocarnos mientras él nos miraba.

(Pero cuándo nos importó querernos en su calor)

Que sepas que voy a pasar por alto todos aquellos miedos compartidos,
esos ojos asustados
y esas alas de águila que solo volaba en mi ombligo.

No voy a acordarme de la primera vez que nos vimos y me desnudaste un segundo antes de decirte mi nombre y un segundo después de haber enterrado mi norte en tu sur.

Ya casi no importan nada esos días que tenías los ojos más marrones que verdes y más verdes que tristes por estar contándome alegrías y quedarte siempre en la primera
que era yo.

Estoy vistiéndome de negro amor,
porque me siento viuda de todas esas cosas que ya no tengo,
que nunca tuve.

Estoy vistiéndome de negro
sin tener en cuenta que eras mi vida y la muerta soy yo.

viernes, 10 de abril de 2015

Dinamita.







Empezaré esto con un “Buenos días niña”,
porque sé que alguien terminará por decírmelo cada mañana.

Soñaré contigo cada noche y al despertar,
enterraré los miedos junto a la caja de lagrimas que se te olvidó llevarte, 
en el jardín donde nacen las flores boca abajo
y las espinas se han olvidado de pinchar, 
se han olvidado que son colores por dentro.

Vengo a decir, que hoy, no voy a pensarte ni un segundo, 
porque llevo mucho tiempo sentada encima de los arboles por si te veía cruzar un semáforo en rojo y me pedías que parara coches por ti.
Que yo los pararía, por ti.
Que los pararía, joder.

Me he vestido diferente hoy, aunque igual, no me veo con los mismos ojos.
Será quizá porque solía mirarme con los tuyos.

Será que por mucho tiempo mi espejo fue aquel hueco azul 
en el que dormía la niña que jugaba con volar, 
ignorando lo de la gravedad y sus consecuencias.

Cuántas historias de amor y desamor nos han contado, 
cuántas personas han andado lo desandado y lo han vuelto a andar para sentir el aire de alguien que le corta la respiración.

Que yo hoy no quería hablar de amor joder, y si hablo de sexo no creas que digo lo contrario.

Quería decir que hay unas personas sentadas en el bar de enfrente y parecen hablar de ti, 
parecen hablar de guerreras como pocas que desafiaron las batallas que el reloj les imponía cuando se trataba cualquiera que les hizo mujer.

Esto hoy no lo hago por mí... 
Lo hago por ti, por ellas, por él, por los que leéis sobre ovnis con tal de pensar en algo de ahí fuera, porque lo creeis, lo hago por el que me dijo que quería meterse en el mar con tiburones, 
por la persona que cree en los semicírculos completos, por la gente que cree que la ginebra no va con lima sino con la compañía de quien te hace emborracharte de felicidad, por el que cree que andar es el principio de terminar volando, el que se atreve a perderse entre mares y palmeras para buscarse la vida, por África y sus diamantes en forma de corazón, por los leones que dejaron de rugir para lamerse las heridas y hoy ya nada les sabe a sangre, por el que siempre ha estado en el cuarto de al lado, por ese “quien no te quiera que se muera” o se sepa muerto por no tener tu voz cerca, por los de la cuarta fila, por las tardes en la playa joder, por tirar una estrella al mar y que hoy esa se salve, por el que gritó que se enamoró de alguien que tenía su mismo nombre y dejó de llorar a escondidas.

Lanzo esto al aire por mí por vosotros, porque caer sea el principio de vivir, por los viajes que vendrán, por los sabores que no hemos probado, por la música que nos queda por bailar, por las personas que nos harán parecer más personas todavía.


Lo lanzo por los mil momentos que nos quedan y brindo en el aire por el que sabe vivir y por ti mi amor, que se que algún día me harás sentir todo esto desde una cama. 


viernes, 27 de marzo de 2015

Todo lo que me da miedo me excita.








Si tuviera días de más posiblemente pediría una hoja de reclamaciones de mí a mí,
una hoja pidiéndome explicaciones de tanto y tanto,
de dolores de cabeza sin pastillas,
de ansiolíticos en forma de personas que no encontré.

Si mañana fuera hoy, entonces tal vez lo haría.
Pero hoy voy a darme besos sin pedirme explicaciones.
Queriéndome.

Tal vez me haga el amor tres veces seguidas con odio y fuerte,
para demostrarme que nadie me quiere y me odia como yo
y si lo hacen no me importa porque aquí no llegan.

Voy a saltar al vacío que soy yo, para matarme y resurgir como el ave fénix,
siempre única y eterna.
Recolectaré mis lágrimas en vasos de cristal y que alguna noche de veneno
me curen y me vuelvan a curar.

De mí, de ti, del siempre que es nunca.

Que mis cenizas no hagan renacer a nada con sea espina y que después pueda lamerme la sangre,
que vagar como una psicópata matando a cuerpos inertes me hace creer en dios
o en la muerte eterna que es la vida sin mí.

Me perdonaré mis suicidios, mis incompetencias, mi falta de ganas,
mis noches con sabor a gasolina, tus ojos,
perdonaré la bala que tengo en el lunar de mi escote donde siempre caía tu mirada,
perdonaré las noches con 'Jesus don't want me for a sunbeam' cantado por el rubio de mis penas.

Que todo lo que me da miedo me excita y eso me ha llevado hasta aquí envuelta en fuego sin quemarme, pero con quemaduras de tercer grado, entendedme.
Hoy yo, mañana yo y pasado también.

Porque siempre he sido el gran amor de mi vida.


lunes, 16 de marzo de 2015

El sonido del placer.



Buenos días autodestrucción.

Hoy me han dicho "Prefiero mil caídas que ningún vuelo".
No quiero perderme el vuelo, no quiero volver a perderme.

Tengo una canción puesta de un artista desconocido a las tres de la mañana y estoy pensando tantas cosas.
Pensando en el césped recién cortado y a gente corriendo sobre él,
a las tantas de la mañana de una noche de verano, con la preocupación de si tienen los suficientes grados para no caer de boca en el barro.

Me lo imagino con tanta fuerza que llego a oír el sonido de la nada y las risas; el sonido del placer.

El fuego calentándome.

Hoy me quedaría de espectadora detrás del cristal.
No quiero sentir desde aquí.
Quiero ver las olas del mar contra la arena darse una y otra vez sin cansarse del "no".
Que huela a primavera mi pelo.
Que sepa que la primavera son mis ojos. Que siempre he sido.

Que la B y la N tuvieran otro significado y no el blanco y negro de mi cabeza.

Ojalá no me hiciera falta volar para ver y sentir el cielo.
Que no haga falta volar para ver y sentir el cielo.
Pero que voláramos para darle miedo a las alturas.
Para dar vértigo.
Aunque siempre lo haya dado.

De repente mi vértigo es no tener una moneda japonesa en mi bolsillo a la que tirar a una fuente con un deseo.
Que sea deseo.


Y dejar de escribir con suposiciones y abrir la ventana joder.


Repito que no me entendáis me deja tranquila.

miércoles, 4 de marzo de 2015

El verbo ser en cualquier conjugación.




Igual no lo entiendes pero ahora sé que soplar las velas no era en balde, que toda la respiración atrapada en túneles ahora me ha dejado sin aliento cada vez que te veo reír sin motivo.

Ahora sé que no tenía que buscarte, porque estabas decidido a encontrarme con la fuerza del que sabe lo que quiere.
Ahora entiendo que tenias que encontrarme por casualidad como se encuentra todo lo importante.

Ahora sé y soy,
gracias a que estás y eres.

Y no puedo decirte nada más real que un te quiero y te vuelvo a querer.
Por todo eso que no he sido sin tenerte.
Por saberme completa con tus besos.
Por pensar que si te digo esto en estos meses me darás más vida con los años.

Mi musica, mi mar, mi suerte.







lunes, 23 de febrero de 2015

Medias rotas.


Hoy no voy a hablar de sexo.
No voy a hablar de eso de tu cuerpo que me vuelve loca.
No diré que el olor de tu cama, es el perfume del cielo.
Eso de las sonrisas con las manos,
el devorar con los ojos y no rozar la boca.

Grecia que creía que en el placer era experta y mostraba sus orgías.
Mejor no diré nada al respecto.
Me dejé caer en tus sábanas sin saber que me ibas a hacer la cleopatra de tu egipto.
La diosa más joven que había probado tu boca, la niña de tus ojos, la de los sueños prohibidos.

Tu Eva de las 7 manzanas mordidas, en tu cuerpo.
La de los corazones a medias, la de las medias rotas.

Los labios rojos sabiendo a ginebra y lima,
para emborrachar a tus pudores que los míos se quitan a base de roces.
y siempre dejando la puerta abierta.

No te enfades conmigo esta noche, ya le he dicho a la luna que se esconda.

No voy a hablar de esto, no quiero despertar envidias ahí fuera.
No quiero que lo hablemos.
Así que ven y cállame por favor.



miércoles, 11 de febrero de 2015

Nuestro juego.


A ti  mi luna, por tus noches.


Hagamos un trato aunque no quieras.
Yo propongo que no hables en este minuto, tú solo tienes que cerrar los ojos.

Imagíname allí o aquí pero que tú estés presente en la cama,
apoyado en el mueble,
en el que tantos golpes me he dado.
( Aunque en ti hayan sido unos cuantos más)

Imagíname vestida de negro, como siempre; como nunca,
aunque a ti te guste más verme de colores.

Son mis reglas.

Imagina que me acerco poco a poco y te rozo el cuello sin llegar a besarte,
para embriagarme de tu olor como un vampiro con su presa pero sin llegar a comerte,
todavía.

Mientras rozamos el cielo intuyéndonos, sin vernos,
bailemos el invierno de nuestros miedos y bebámonos el otoño,
siempre hemos sido primavera.

Crea tres palabras que solo tú y yo entendamos y escríbelas con los dedos,
en cada parte de mí que detestes.

Luego dame de beber, no me mates de sed.

Cruza en rojo todas las paradas de mi cuerpo sin temer las multas,
grita que cualquier siglo sin mí ha sido un siglo perdido,
que por lo tanto,
no crees en la historia si no empieza en mí y acaba en mí.

Dame un consejo de buenas noches,
Observa como lo hago mal por la mañana.
Ríete, no me riñas, ríñeme, hazme reír.

Borra, ahora que estás en mi juego, cada frase fuera de contexto,
cómetela, vomítala y conviértela en flores.
Plantémoslas, reguémoslas y pónmelas en el pelo.

Dime que estoy preciosa, dime que siempre lo he sido.

Quiéreme tan fuerte que despertemos a las dudas y a los miedos,
que nos vean y se vayan,
que les demos miedo; que le demos miedo al miedo.
Que las dudas se conviertan en pájaros, que salgan volando,
que nos tiren laurel.

Cúrame de la enfermedad que es quererte con besos en la frente.

¿ Aceptas ? Te espero.


miércoles, 4 de febrero de 2015

Trece vidas de luna.





Se ponía dandole la espalda al jardín
y creció pensando que no existían las flores.

El frío se asustaba cuando ella llegaba y le daba besos en las manos.
Enterraba las flores boca abajo y contemplaba las espinas.
( Y no hablo de esas de tallo verde.)
Se pasaba horas.

Ella llovía por dentro y dibujaba en el barro.
Contaba los pasos que andaba la gente a su alrededor.
Estando coja.
Ella.

Cada vez que chasqueaba los dedos aparecía un corazón,
Rajado. Roto. Muy roto.
Con su sangre se hacía un chupito y decía creer estar borracha,
o querer estarlo, pero de alguien.

Nadie le dijo que de aquí a la luna hay trece vidas,
de trece gatos, negros. Que nunca fueron siete.

Que le hacía la cama al miedo para acurrucarlo en su pecho.
Y luego intentaba matarlo con la almohada en la que apoyaba su cabeza.

Tiene más de tres caras, más de seis vestidos de seis colores,
más de doce besos con distinto roce cada uno.
Pero no se decide y nunca repite nada que no sea lo primero.
Siempre el negro.
Siempre zurda.
Siempre pálida.

Cosedla.

miércoles, 28 de enero de 2015

La bala número cincuenta y ocho.








00:

Te he querido tanto y tanto tiempo,
que se me olvidó cómo pude llegar hasta ese punto.

Quizás nos confundimos y no hay ningún culpable.

No soy de esas que piensan en destino o en casualidades,
pero esos ojos azules dándome besos en cada lagrima
no podían ser "por que sí".

Quizá el cincuenta y ocho no sea un número y ya está,
puede que sea la suma de todo lo que nos hemos dicho 
y no nos hemos hecho estos años.
Voy a recordarte siempre con esa sonrisa de paz,
aunque no quieras,
aunque duela.

Reflejo en todo lo que escribo todas las dudas que soy,
las dudas que somos, que hemos sido, 
para todos, 
menos para mí.

Yo te prometo que si muriera mañana iría todas las noches
a darte el beso de 'buenas noches' que te debo.

Ojalá te quieran, ojalá quieras.

Y espero que a tu hija no le pongas mi nombre para tener una excusa y hablar de todo lo que nos queda por decir.

Si de mentirnos tanto ni siquiera nos creció la nariz,
se dio por vencida.


Como tú amor.


Ódiame.

sábado, 17 de enero de 2015

Poema XX, Pablo Neruda








Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Escribir, por ejemplo: "La noche esta estrellada, 
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos". 
El viento de la noche gira en el cielo y canta. 
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. 
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. 
Ella me quiso, a veces yo también la quería. 
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. 
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. 
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. 
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 
La noche está estrellada y ella no está conmigo. 
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 
Como para acercarla mi mirada la busca. 
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. 
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. 
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. 
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. 
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. 
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. 
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. 
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. 
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos, 
mi alma no se contenta con haberla perdido. 
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, 
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Poema XX, Pablo Neruda.

viernes, 16 de enero de 2015

Sigo con ganas de comerte.


“No olvides nunca que el primer beso no se da con la boca, sino con los ojos”
O. K. Bernhardt.

Hoy me he despertado con ganas de comerte la vida,
he abierto los ojos y he visto como entraba el sol por la ventana pero no su calor.
Así que muerta de frío me he estirado en la cama
por encima de esos huecos que aun huelen a ti,
pero seguía sin entrar en calor.

Estaba pensando en eso que dicen de que todo va muy rápido ahí fuera,
pero no es verdad.

Todo lo que va rápido está dentro de mí y se incrementa cuando te veo,
como cuando el profesor en clase decía mi nombre y solo se oía mi corazón latir,
pero me gusta cuando escucho sus avisos de que tú eres el único que lo podría romper y se asusta.

Soy consiente de que no te miré el primer día a los ojos,
fue por miedo a dormirme en ellos y quedarme ahí toda mi vida.

Hoy me he despertado, aquí, en mi cama, pero sigo dormida en tus ojos.

Ven y dame calor pero no me saques de ti,
que ya he pasado muchas noches con insomnio y frío
murmurando todo eso que aun no me ha dado tiempo a decirte.

lunes, 12 de enero de 2015

No me saques a bailar esta noche.


"Bebe a la noche ginebra 

para encontrarse con ella. "

He andado y tropezado más de seiscientas veces por las carreteras de tu cuerpo,
me acuerdo de cuando salió la luna y me quitaste el sueño.

No tuvimos motivos que no fueran
más ganas
de las que podíamos soportar.

Sé que no te importa, pero me estoy poniendo las medias que tanto te gustaba quitarme,
pero no tengo ninguna pretensión de que acaben rotas hoy.

Mientras las subía he notado el recorrido desde el primer beso que me diste
hasta la última calada del cigarro que no me fumé. En tu nombre.

Esta noche me voy a beber los pasos de tu habitación a la mía, los que ya no andaré.
Voy a bailar la canción que compuso alguien por mí algún día de diciembre.

Seguramente cruzaré en rojo sabiendo que no estarás detrás para agarrarme de la mano,
como si no hubiera mayor locura que agarrarme a ti.
Como si saltar al vacío, no fuera beber de tu vaso a las cuatro de la mañana.
Como si nada,
como si todo lo que hemos hablado no haya sido más que una fantasía del pasado.
El sueño de Alicia en algún país.

Dentro de unas horas estaré bailando.
Entre miradas perdidas,
bajo el neón de algún sitio
que ya no pisaré,
porque ya sabes que lo de salir no es lo mío.

Con suerte a lo mejor no se me pasa por la cabeza el color de tus ojos,
a lo mejor esta noche no oigo tu voz susurrando a gritos "Qué bonita estás desnuda".

A lo mejor esta noche, te toca a ti bailar para olvidar mi olor,
te toca follarte a alguien que de lejos se parecía a mí.
Y que cuando estés en la cama no eches de menos mi forma de moverme.

Me acuerdo de una vez que te miré y no te diste cuenta,
nunca te has dado cuenta de nada
estabas fumando como siempre y fui consciente.

No quiero que me mates a caladas, no quiero ser tu nicotina.
No quiero consumirme lento entre tus manos.


Espero que los gemidos de otra no te hablen de mí.
De lo que fuimos y no pudimos ser.

Buenas noches.






domingo, 11 de enero de 2015

La sonrisa de un gato negro.




Se me rompió el reloj de tanto mirarlo,
la manecillas salieron volando.
Por eso se me paró el tiempo.

Qué dulce hacer el amor declarándote la guerra a ti misma.

No sé dónde cometí mi pecado,
estoy buscando mi manzana mordida.
Estoy buscando mi Eva muerta de ganas por cometer con Adán más pecados
para que Dios me vuelva a tirar de su paraíso
y hacer el amor en las puertas
demostrando que el placer y la ambrosía está en el cuerpo de quien te quiere hacer mujer,
no en un jardín ni en la vida eterna.

Cómo darle la mano a la felicidad si no te han dado latigazos en la espalda por tus fantasías.

Me rezo todas las noches a mí, porque soy la única que me puede enseñar a no tropezar,
no con la piedra a la que abrazo,
si no conmigo misma otra vez.

Y el cura que te tocó ahora mismo estará siendo violado por el amor a Jesucristo
al que imagina desnudo todas las noches.

¿Quién es más culpable de nuestros hilos?
Ellos por querer ser listos,
o
nosotros por dejarles serlo.

En la caverna yo no vería sombras, notaría a la muerte abrazándome la espalda y susurrando que me quede dormida oliendo el fuego.

"..Que el amor nos salve de la vida."
Pero acaso existe vida si no es llamada amor. Os pregunto.


Qué suerte que al menos Rubén.


Os traigo luces,
notadme.



miércoles, 7 de enero de 2015

Le avisé de que algunas mujeres matan.


Ojalá hubiera sido otra Ana la que besara su boca.


Él cree que no me doy cuenta,
él cree que no se da cuenta.
Él dice que no llora y joder le oigo llorar a kilómetros.
No sabe que no puedo escuchar masticar desde ellas,
él cree que no puede y yo creo que no puedo hacer que pueda.

No quiere hablar y yo tampoco.
No quiere llorar.
No quiere pensar.
Y escribe.

Y yo solo sé que lo único que me duele es él.
Que le veo, que me doy cuenta.
Que de mayor quiero ser como él, que todos los mayores deberían ser como él.
Pero entonces nadie lo sería.

Que mi invierno no es invierno, que con su calor no puede hacer frío.
Que con su frío ya tiene bastante.

Con sus horas ha jurado su vida, que nunca se pierde
Y lo bonito que sería verle perderse,
con lo bien que le quedaría el sur en su risa.

¡Qué quiero verle perderse!

Quiero que se encuentre, que vuelva y se haya dejado perdidos todos sus miedos.

Que a mí siempre me ha quitado los míos.


Ojalá la paz nunca llorara si viene de ti.

lunes, 5 de enero de 2015

Por quién rezará la luna


...ahora que no nos ve juntos.

Pasé un invierno en su espalda y un verano en sus ojos.
Y más noches que sueños 
Y más sueños que rosas.

No lo entiendes. 
No es un por qué, es un hasta cuando.

Y las cosas a la mitad y la cama sin hacer, igual que el amor.
Que siempre buscaras con todas 
menos con quien puede regalarte amaneceres,
que los anocheceres están muy vistos.

El miedo que me tienes y el que entiendo,
por eso de llorar bailes de salón en enero.

Sin entendernos, nos leímos
y ahora
somos
Lo que nunca quisimos ser.


viernes, 2 de enero de 2015

Las ganas de comerte - Parte I



My lover's got humour

She's the giggle at a funeral.

She tells me, 'Worship in the bedroom'

Dime que soy tu revolución favorita,
que llegué como un relámpago a tu vida,
Asustando y cegando a la vez.

Pero que mi luz hace que brilles.

Dime que no sabes el por qué de mis ojos tristes
si a ti te gustan y hacen que sonrías,
hoy
mañana 
y ayer.

Susurra que de león me disfrace solo en tus sábanas,
que esa es la única selva en la que tengo que defenderme.

Que si por ti fuera habrías sido tú el que me llevara al baile de primavera
y que me habrías hecho el amor esa noche 
y la siguiente también.


Y a lo mejor, 
te enseño 
lo bonito del insomnio si me pongo a buscar estrellas por tu cuerpo,
mientras hacemos poesía
( Como tantos otros)
pero a nuestra manera.

Morderte la boca y los miedos se ha convertido en mi adicción favorita
y me tengo que callar eso de que llevo por lo menos tres vidas esperándote
porque no queda bonito tenerte delante y malgastar el tiempo con palabras.