lunes, 24 de noviembre de 2014

En las esquinas también nacen rosas.

"Su piel, joder que me corro si me roza su piel."


Ella era la crueldad de mis noches y la piedad de mis llantos
Ella era el sol que caía sobre mi piel y me quemaba por dentro
Ella era la última nota en un cuaderno de música de una canción sin terminar
Era la lujuria de Cristo y la picardía de Lucifer
La belleza de Helena de Troya y la sensualidad de Cleopatra
haciéndose el amor sin llegar al orgasmo
siempre dejando con ganas de.

Su boca de droga, sus ojos de sexo y su sexo de nadie.
Sólo de ella.
Se pintaba la línea de los ojos el lunes y el viernes desaparecía en su almohada borracha
pero seguía siendo las ganas de cualquiera.
Seguía igual de completa.
De sola.
París sin torre, Grecia sin ruinas y mi vida sin ella caben en una misma línea.

En las esquinas también nacen rosas.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Qué putada una vida sin ti.








Para mí eras un cuaderno en blanco,
en el que pasarme horas dibujando
el arte que significa dolerte o algo así.
El caso es que quería marcarte,
marcarme,
marcarnos.
A veces miro al cielo y me dice que es el reflejo del mar,
que ya no brillan ellas, que se perdieron.
Que nos perdimos.
En el momento que entre grito y grito comprendí que de quererte tanto duele, que ojalá no.
Lo único que quiero es callarte la boca con un beso y que luego me digas si no quieres eso a las tres de la mañana de todos los días de tu vida.
Sólo tú puedes quitarme el sueño como me quitas las bragas y quedarte inmóvil en mi mente, como si no acabaras de salvar el mundo.

Y no sabes lo incoherente que parece que a veces no sepa si eres real o si estoy tan loca que te he imaginado.

Porque joder, qué putada una vida sin ti.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Candela






Madrid se enamoró de ella
al igual que todo el que tenía la suerte de encontrarse con ella por casualidad
Siempre va con prisa a ningún sitio por si la esperan
Tenía la sensación de que ella podía controlar el sol o no quemarse con él.
Tenía el corazón tan grande como roto pero eso no era un problema.
Se izaba la bandera verde con la caída de sus ojos o con el temblor de su ceja
porque ahí el mar estaba en calma porque estaba con ella.
Imponía tanto como suavizaba las tormentas.
Ojalá la vierais y os enamorarais sin remedio porque si tenéis que sufrir
que sea por ella.