"Su piel, joder que me corro si me roza su piel."
Ella era la crueldad de mis noches y la piedad de mis llantos
Ella era el sol que caía sobre mi piel y me quemaba por dentro
Ella era la última nota en un cuaderno de música de una canción sin terminar
Era la lujuria de Cristo y la picardía de Lucifer
La belleza de Helena de Troya y la sensualidad de Cleopatra
haciéndose el amor sin llegar al orgasmo
siempre dejando con ganas de.
Su boca de droga, sus ojos de sexo y su sexo de nadie.
Sólo de ella.
Se pintaba la línea de los ojos el lunes y el viernes desaparecía en su almohada borracha
pero seguía siendo las ganas de cualquiera.
Seguía igual de completa.
De sola.
París sin torre, Grecia sin ruinas y mi vida sin ella caben en una misma línea.
En las esquinas también nacen rosas.