Hoy no voy a hablar de sexo.
No voy a hablar de eso de tu cuerpo que me vuelve loca.
No diré que el olor de tu cama, es el perfume del cielo.
Eso de las sonrisas con las manos,
el devorar con los ojos y no rozar la boca.
Grecia que creía que en el placer era experta y mostraba sus orgías.
Mejor no diré nada al respecto.
Me dejé caer en tus sábanas sin saber que me ibas a hacer la cleopatra de tu egipto.
La diosa más joven que había probado tu boca, la niña de tus ojos, la de los sueños prohibidos.
Tu Eva de las 7 manzanas mordidas, en tu cuerpo.
La de los corazones a medias, la de las medias rotas.
Los labios rojos sabiendo a ginebra y lima,
para emborrachar a tus pudores que los míos se quitan a base de roces.
y siempre dejando la puerta abierta.
No te enfades conmigo esta noche, ya le he dicho a la luna que se esconda.
No voy a hablar de esto, no quiero despertar envidias ahí fuera.
No quiero que lo hablemos.
Así que ven y cállame por favor.